A las 6 de la mañana suena el despertador, hora de levantarse, coger las bolsas, las esterillas y coger el bus camino al aeropuerto. Eira y yo nos vamos al sur: tenemos un fin de semana lleno de aventuras y buena compañía en la gran senda de Málaga. Tras pasar el control, lo primero de todo: un poquito de práctica. Nos queda un fin de semana intenso por delante y no hay nada mejor que un poquito de free flow para comenzar el día.
Tanto yoga... ¡que casi perdemos el avión! En la puerta de embarque conocemos a Sara, Miriam, Meritxell y Alexia, compañeras de aventuras este finde. El vuelo se nos hizo corto y muy cómodo. Jesús y Raquel (¡súper majos!), organizadores del fin de semana, nos vinieron a buscar al aeropuerto y luego fuimos a la estación del AVE a por Marian y Ana, que viajaban desde Madrid. Cogimos el coche y nos dirigimos hacia Ronda, donde comimos con la Diputada Marina Bravo y disfrutamos de un formidable almuerzo en un restaurante céntrico. Tras la gran comida (las cantidades en el sur son tantagruelicas), dimos un paseo express por Ronda. ¿Cuándo visitarla? Os recomiendo asistir cuando se celebra Ronda Romántica, un festival donde se recrea la vida en la época romántica. Otro momento bonito para ir es el otoño, ya que los castaños cambian el color de sus hojas y se vive la "bosque de cobre". ¡Quiero volver!
Con el enamoramiento, fuimos a realizar la actividad más "esperada": el puenting. Era algo que nunca me había planteado hacer pero... ¿por qué no? En el vídeo a continuación podéis ver lo lanzada que fui. Me pareció una experiencia muy liberadora y de "echarle un par". En definitiva muy recomendable y... quiero repetir desde algún sitio más alto.
Con toda la emoción post-salto, nos trasladamos a Benarraná, el pueblo anfitrión del fin de semana, donde nos hospedamos. Tras buena comida y un ratito de descanso, a la cama para coger energías para el día siguiente.
El sábado estaba previsto hacer barranquismo. Es una actividad que me encanta pero soy muy friolera, así que Eira (que tenía dolor de garganta) y yo nos quedamos en Júzcar haciendo fotos y visitando el pueblo "pitufo", donde las casas son de color azul.
Una vez nos unimos a los demás, fuimos a comer a un restaurante en la estación de Benaoján. Por la tarde, caminamos con un guía interpretativo durante unas 2 horas 30' hasta el pueblo de Jimera de Líbar. Hicimos una ruta fácil de 8km, trayecto con muchísima historia desde la Edad Media con los árabes, los franceses y la Guerra Civil española. Además aprendimos sobre plantas autóctonas y que a partir de la semilla de algarroba se instaura la referencia del quilate para las joyas. Tras la cena, volvimos a Benarrabá: ducha y a dormir.
El domingo volvimos a la carga: vía ferrata en el pueblo vecino de Benaularía. Tenía muchísimas ganas de probar una. Nos llevó hacerla una hora y media a todos y me pareció bastante sencilla. Creo que agradecí mi poca experiencia escalando: los movimientos y acciones me resultaron relativamente fáciles. Las vistas fueron increíbles, ¡pudimos ver el peñón de Gibraltar y dos cimas de África! Muy impresionante.
Una vez acabada la actividad, volvimos al pueblo y disfrutamos de un tour donde nos explicaron mucho sobre la zona.
Todos estos pueblos están el valle del Genal - zona occidental de las coordileras béticas. Hay diferentes tipos de piedra: pizarra, caliza (montañas más jóvenes que permiten que haya agua en el valle) y peridotitas (volcánicas). En el valle hay muchísima variedad de vegetación: castaños, alcornoques, y árboles de cultivo como los olivos, higueras, cítricos y almendros. Es una zona que se comienza a poblar en el siglo VIII y hay algunos restos romanos, pero muy dispersos. Hay muchísima huella de la llegada de los bereberes a España: todos los nombres de los pueblo son del tipo "ben-" donde "ben" significa "amigos" o "tribu de".
Terminamos con una deliciosa comida en el pueblo Benarrabá en el restaurante del alcalde y con mucha tristeza tuvimos que recoger, mochila al hombro y volver a casa. Gracias por un fin de semana tan bonito y con tan magnífica compañía.
Andalucía, siempre tendrás mi corazón.
Fotografías cortesía de Eira Scheper y de los organizadores del evento.