Irene Alda

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La meditación es para todos


Hace unos días fui a una clase de meditación en vivea, un estudio de yoga y bienestar en Viladecans, Barcelona (fantástico centro que tienes disponible con gymforless). Igual lees "meditación 1 hora" y piensas "ufff...¿una hora sentado con la mente en blanco?". ¡Para nada! Elimina cualquier idea preconcebida que tengas en la cabeza sobre qué es meditar y permíteme que te contagie por qué disfruté tanto.

Mi primer contacto con la meditación fue a los 20 años. Buscaba algo que me ayudase con la ansiedad y el estrés debido a mi autoxigencia en los estudios. Buscaba cómo bajar las "revoluciones" de mi cabeza--siempre con tareas en mente. Quedábamos dos horas cada semana y era uno de mis momentos favoritos: aprendía algo nuevo, compartíamos que nos había gustado de las diferentes técnicas, y también nos animábamos los unos a los otros a mantener una práctica diaria. Te seré muy honesta, oscilo mucho, y necesito una práctica constante... y el pasado miércoles me volví a inspirar.

La clase de "medita y respira" de vivea es justo esto: un espacio para aprender, experimentar y compartir. Agustín Vidal, el profesor, expresa la meditación con palabras e ideas que son muy fáciles de entender, recordar e incorporar en tu día a día. Dos conceptos que mencionó-de los que soy muy fan-fueron: "todo aquello que hagas conscientemente es meditar" y "sonríe, sonríe siempre". Y es cierto, meditar también es cortar patatas con toda tu atención: observando cómo se desliza la cuchilla, el olor que aparece al quitar la piel, y el sonido al cortarla en rodajas. 

¿Y... el sonreír? No sé si te habrás fijado, pero, ¿alguna vez has sonreído a alguien que no conoces dentro de una situación "no ideal" (ej. el autobús no pasa porque hay mucho tráfico)? La mayoría de las veces, la otra persona te sonreirá de vuelta, y... se creará un bonito momento; es algo que he comprobado varias veces. Y aquí entra el último concepto que quiero introducirte gracias a Agustín: las 4As para meditar con los ojos abiertos.

Las 4As son: amabilidad, agradecer, aceptar, y apreciar. Retomando el ejemplo del autobús; comienzas por preguntarte: "¿como puedo ser más amable?". Igual puedes regalarle una sonrisa a alguien, mostrando complicidad. Después, "¿qué puedo agradecer?". Por ejemplo, "que suerte tengo que el autobús me lleva a donde necesito y el sistema funciona bien en general". Ahora, puedes venir a aceptar que "el autobús llegará cuando llegue, y ya está". Y, por último, tal vez puedes apreciar que hace un bonito día soleado, que hay un pájaro se ha posado cerca tuyo o que tienes al lado a un niño que te mira con ojos curiosos o amables. Si quieres leer más sobre esta técnica, aquí tienes el artículo el blog de Agustín.

Definitivamente, yo me llevo las 4As en el bolsillo cada día, ¿y tú?

xx

Irene